Dos verdades y una mentira. Las chicas jugaban todo el tiempo en su pequeña cabaña en el Campamento Nightingale. Vivian, Natalie, Allison y a la que acampaba por primera vez, Emma Davis, la más joven del grupo. Los juegos terminaron cuando Emma, dormida, vio a las demás salir a hurtadillas de la cabaña en medio de la noche. La última vez que ella o cualquiera las vio fue cuando Vivian cerró la puerta de la cabaña detrás de ella, silenciando a Emma con un dedo apretando sus labios.
Ahora una estrella en ascenso en la escena artística de Nueva York, Emma convierte su pasado en pinturas, lienzos masivos llenos de páginas oscuras y ramas torcidas que cubren formas fantasmales en vestidos blancos. Las pinturas llaman la atención de Francesca Harris-White, la sociable y rica dueña del Campamento Nightingale. Cuando Francesca le implora que regrese al campamento recién reabierto como instructora de pintura, Emma ve una oportunidad para tratar de averiguar lo que realmente le sucedió a sus amigas.
Sin embargo, es evidente que no todo está bien en el Campamento Nightingale. Ya perseguida por los recuerdos de hace quince años, Emma descubre una cámara de seguridad que apunta directamente a su cabaña, lo que aumenta la desconfianza de Francesca y, lo más inquietante de todo, pistas crípticas que Vivian dejó atrás sobre los retorcidos orígenes del campamento. A medida que profundiza, Emma se encuentra clasificando las mentiras del pasado mientras se enfrenta a las amenazas del hombre y la naturaleza en el presente.
Y cuanto más se acerca a la verdad sobre Campamento Nightingale, más se da cuenta de que puede tener un precio mortal.
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